Si un beso fuera sólo un beso
yo sería como esos que pasan,
tan distraídos,
sin darse cuenta de que hoy
la luna está llena.
Sería ajeno a la belleza
que esconde tu belleza
y a la plenitud que en tu sonrisa
levanta toda mi sangre hacia la tuya.
Un beso nunca es tan sólo un beso.
Y el que pusiste lentamente en mis labios
me envuelve por las noches cuando duermo,
como hoy, desnudo.
Un beso me hace querer lo que no puedo.
Despegarme de las sombras,
del murmullo, de los días.
Y meterme por tu boca.
Meter mi ritmo en uno de tus sueños
y con mis manos,
que son aspavientos y tambor,
alejar de ti todas las pesadillas.
En mis labios, desbocada, late tu huella.
Y entre vaivén y mordisco
ordena mis movimientos y mis ideas.Tu beso me ata y me desata.
Me ancla a ti, a tu cuerpo,
y me libera del resto del mundo.
Pusiste en mi boca un beso,
como llave delicada
que entra latiendo en mí
pero hace explotar la cerradura.
Una ventana, un puente, un nudo,
una mirada que nos ata.
Para siempre unos labios compartidos.
Un secreto en la boca que no tiene nombres
y no tiene palabras. Tiene música, eso sí.
Pero sólo tú y yo podemos bailarla.
Un beso, un eco que retumba
hasta encontrarnos,
tal vez dormidos,
tal vez abriendo los ojos por primera vez
uno adentro del otro.
Ni el silencio ni la distancia
podrán ya nunca remediarlo:
vivimos beso adentro,
muy adentro para siempre.
Quiero correr por tus venas,
estar en ti hasta sin estar contigo.
Y seguir latiendo mientras estás dormida.
Quiero tocar todas las cosas
invisibles de tu cuerpo.
Y luego ser sudor y lágrima y olvido
e incluso cada mes mojarte gota a gota.
Un beso así nunca termina.
Comienza un día como caricia
y dos después arranca a fondo su mordedura.
A los tres madura y se queda para siempre.
Ten cuidado que no caiga en luna llena.
Ese día los besos maduros tienden
a desplomarse cuerpo adentro.
Y voy a estar tanto en ti
que me sentirás en tus latidos.
Cuando hagas el amor
con quien sea
estaré en tus manos
con mis huellas acariciando las tuyas,
línea a línea, desde adentro.
Poema de Alberto Ruy Sánchez, del libro "Decir es desear".